Marca personal
Poner nombre a lotes de experiencia es una tarea deprimente, puesto que, lo que queda fuera, lo que se filtra por ser aparentemente poco representativo o indefinible, tal vez sea lo que mayor valor puede aportar por ser distinto, único, especial y creativo.
Por eso, en las entrevistas de trabajo, huyo de las titulaciones para intentar conocer a las personas y sus aficiones, sus habilidades, sus aptitudes innatas. El conocimiento sin el debido talento es estéril.
Nos gustan las etiquetas, las palabras clave, tanto es así que pasamos por alto que un título o una especialidad sustituyen y ocultan nuestro verdadero potencial como fuente de ideas, aptitudes y habilidades. El título nos acredita socialmente, pero nos simplifica como personas a una rama del conocimiento. Somos mucho más, y deberíamos encontrar la forma de expresarlo.
Ser biólogo, ingeniero, taxista o albañil dicen muy poco de uno mismo y, sin una oportunidad, condicionan y limitan las opciones profesionales en un mundo cada vez más competitivo. Postulo por la marca personal y el saber posicionarla como experiencia, como reto, como obligación, como anzuelo de nuevas oportunidades.
En este sentido, las distintas secciones de esta página web, sintetizan los aspectos más relevates que configuran mi marca personal, nada especial pero sí exclusiva.